El día 12 lo gastamos compartiendo la realidad y el modo como la Iglesia está atendiendo de manera concreta este gran desafío de la Migración y Refugiados en las diversas partes del mundo.
Reconocemos que la Iglesia Católica, junto con otras iglesias y organizaciones civiles está dando una heroica batalla de caridad. Son pocos, entre ellos México, los países que ha evolucionado favorablemente en el ámbito legislativo y asistencial desde la autoridad civil; en algunos lugares la relación Iglesia-Estado ha sido difícil y en otros más se está dando no sólo rechazo sino persecución.
Las causas, en general, coinciden en los puntos que conocemos en nuestra Nación: violencia internacional, interna en cada país, a causa del crimen organizado; el no adecuado desarrollo interno en los países que provoca la búsqueda de nuevos horizontes para la supervivencia digna; la crisis del descarte de personas con grandes capacidades, pero que la globalización centrada en la ganancia ha desfavorecido.
En el segundo día revisamos las cuatro acciones que Su Santidad el Papa Francisco ha pedido que tengamos en cuenta, a saber: BIENVENIDA, PROTECCIÓN, PROMOCIÓN E INTEGRACIÓN.
ACOGER: procurar el acceso legal al territorio de un país, para un refugiado, concedido por la autoridad, permanecer sin ir en contra de las leyes de migración. Por lo tanto, conocer las leyes de cada país. Extender el motivo para considerar derecho al refugio: crisis natural, social, de violencia, conflicto político, visa para estudiantes jóvenes, sobre todo. Corredores humanitarios con visa humanitaria. La recuperación de la unidad familiar, hasta que sea considerado como un derecho, la familia amplia. Prófugos de conflictos armados en su país.
Nos toca ayudar a sensibilizar a las autoridades sobre estas nuevas problemáticas, ante las que nadie estaba preparado; a agilizar la conciencia de las leyes, cuando existen, su reglamentación y protocolo, de modo que sea factible la información a la persona que la necesita. Crear conciencia de acogida en todos los ciudadanos. Quita el término seguridad nacional y aplicar el de seguridad humana. Es necesario recordar el sentido de la antropología de base en el migrante, un sujeto con sus capacidades, habilidades, limitaciones; con derecho a su desarrollo integral, visto con sentido interdisciplinar e interinstitucional.
PROTEGER. Prevenir a través de una pastoral permanente, ordinaria, de información sobre el tema de los migrantes. Prudencia, sensibilidad, delicadeza organizada. Relación Tex-Méx. Relación con obispos de la franja norte de Centroamérica.
PROMOVER. Diálogo con empresarios y responsables de gobierno referidas a la educación, el trabajo y la producción.
INTEGRAR. Que el migrante y refugiado se descubra a sí mismo plenamente incorporado a su nuevo hábitat, con sus derechos y deberes claramente reconocidos, así como las posibilidades de desarrollo integral y de participación en el desarrollo del país que lo acoge.
Vimos importante la búsqueda conjunta de la Iglesia en el Mundo; de la relación con otros credos y con las autoridades propias en cada país, según posibilidades concretas. Entendemos que la sociedad no tiene siempre mala voluntad, sino que no está preparada para nuevos fenómenos de este tipo.
Tomamos conciencia del llamado del Papa a todos nosotros, los obispos, para ser los primeros responsables de esta pastoral que ha de promoverse, organizarse y ejecutarse en cada Diócesis y Provincia.
Es la oportunidad de hacer un llamado a una actitud humanitaria universal no sólo a favor de nuestros hermanos migrantes y refugiados, sino de todas las realidades en que estamos inmersos.
En la reflexión más particular, reconocemos este rasgo de la movilidad humana como uno de los fundamentales, que hacemos que tengamos la capacidad de desarrollo integral, despertando la creatividad y el sentido de solidaridad universal que es factor fundamental en el camino de la paz y la concordia en el mundo.
Necesitamos volver nuestra atención a nuestra Madre de Guadalupe, "la que está mirando bien a todas partes", para que desde esa actitud de ternura y compasión, como la describe el Papa Francisco en México, nosotros miremos a estos hermanos tan urgidos de la caridad de la Iglesia.
Que Ella sea nuestra inspiración en este trabajo en toda nuestra Nación, como actitud fundamental en las acciones de Bienvenida, Protección, Promoción e Integración.
+Guillermo Ortiz Mondragón
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