El Diaconado Permanente constituye un importante enriquecimiento para la misión de la Iglesia, los servicios, que competen a los Diáconos son necesarios para la vida de la Iglesia, por tanto, desde la formación se invitan diferentes actores: la Comunidad donde nace la vocación y sirve, el Párroco, Equipo de maestros – Formadores y el Obispo, a perfilar en la vida de los Diáconos a Cristo SACERDOTE, PROFETA Y PASTOR que no vino a ser servido sino a servir. La dimensión del servicio está unida a la dimensión misionera de la Iglesia, es decir, el esfuerzo misionero del Diácono abraza el servicio de la palabra, de la liturgia y de la caridad, que a su vez se realizan en la vida cotidiana. La misión se extiende al testimonio de Cristo también en el eventual ejercicio de un trabajo – profesión en los diferentes espacios de la vida, por tanto, no es comprensible ni recomendable sacar de su realidad al Diacono y meterlo a esquemas clericales, porque sería desdecir su vocación misma: el SERVICIO en las realidades temporales.
En la Diócesis de Valle de Chalco vamos llegando al final del primer año de la restauración del Diaconado Permanente, se tiene en la matricula quince candidatos, y como primera generación se está haciendo un camino juntos y asentando las bases sólidas para la formación de los futuros Diáconos Permanentes al servicio de la Iglesia diocesana. Ahora mismo, estamos en etapa de cosechar los frutos de este primer año de formación, y a su vez hacemos la CONVOCATORIA extensiva a todas las parroquias de la Diócesis para promover a los aspirantes al Diaconado con las siguientes indicaciones generales:
Durante el mes de Julio y agosto se llevan a cabo la entrevista personal con el aspirante, entrevistarse con su Párroco para que él los oriente y lo acompañe, ser casados y de 35 a 55 años de edad.
Inicio del Curso 09 septiembre 2017, en la Escuela de la fe, en Catedral Valle de Chalco.