En este trabajo fue necesario tener presente el caminar de la Diócesis; una visión, con gratitud, al pasado (mirada retrospectiva), una vivencia intensa del presente (Espiritualidad de Comunión) y abrirse, con esperanza, a las acciones que se emprendan en el futuro (modelos de la metodología prospectiva).
La asamblea giró en torno a una espiritualidad de comunión que sea el motor primario que anime el corazón y el trabajo de todos, pastores, agentes de evangelización y fieles. Fue un llamado a una forma de vida que se acepta por la fe, se expresa por el amor y, en esperanza, es conducida a la vida dentro de la comunidad eclesial, meta a la que conduce la conversión. Así mismo se abordaron los modelos de la metodología prospectiva.
Como parte, también, de las actividades de la Asamblea Diocesana, los participantes caminaron hacia el Santuario de la Siempre Virgen María de Guadalupe y Casa de San Juan Diego, meditando los misterios del Santo Rosario, en actitud de ferviente espera para recibir con alegría el “Jubileo de la Misericordia”, año Santo convocado por el Papa Francisco.
Esta Asamblea concluyó en el gran compromiso que tiene la Diócesis de Cuautitlán de ser en el mundo actual, una Iglesia que vive en comunión y misión.