¿Cuál ha sido su experiencia en estos años de servicio a la Iglesia como Nuncio Apostólico en México?
Mons. Pierre: Ha sido una experiencia rica, muy interesante, muy variada, esencialmente acompañar una Iglesia que vive, una iglesia que evangeliza, agradece el encuentro con las personas, con los obispos, obispos comprometidos, obispos de Aparecida, obispos que son discípulos de Jesús, ayudan a sacerdotes, religiosos, laicos; pero sobre todo que son misioneros. México tiene una riqueza extraordinaria en su cultura, es un pueblo religioso, que tiene sus raíces en su fe; hay el peligro en el cambio de cultura, muchas personas se alejan Dios, de los valores de su religión, por eso es importante promover una Iglesia más misionera.
¿Qué espera de su nueva misión como Nuncio Apostólico en Estados Unidos?
Mons. Pierre: Al conocer la realidad de México a lo largo de nueve años, he podido entrar en la vida de muchas personas, ha sido una gracia y, espero que en un contexto diferente pero con mucha similitud lo viva en Estados Unidos. Es muy diferente, muy plural, con otro idioma, pero al final siempre hay gente que necesita mucha atención, que alguien les hable de Dios, que alguien las haga sentirse alagadas de acercarse al Señor Cristo que está cerca de nosotros para conducirlos al Padre.
¿Cuáles son los frutos de la pasada Visita Apostólica del Papa Francisco a México?
Mons. Pierre: Los frutos aparecerán poco a poco, pero el fruto principal fue que muchas personas se sintieron no solamente con mucha emoción al encuentro de un Papa que es cercano, que va al encuentro de las personas, sino que se sintieron acogidos, invitados a salir de sí mismos, a vivir una fe que sea sencilla, autentica, vivir como misioneros; el fruto lo vamos a ver en la medida que la Iglesia no se quede encerrada, que los católicos salgan al encuentro de las personas para poder ser realmente misioneros, por ejemplo un Arzobispo me comentó que este año vivieron una misión Diocesana que da frutos: nuevos cristianos, cristianos renovados, cristianos con ganas de vivir su fe en su propia vida. A lo largo de estos nueve años lo he visto, hay muchas personas que se despiertan, que no se atormentan, ojalá ese sea el fruto.
¿Cuál ha sido su experiencia en la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla?
Mons. Pierre: Respecto al caminar de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla, algo que he admirado de las ocho Diócesis que forman la provincia, es que en poco tiempo los obispos se han encontrado, han trabajado juntos y han adoptado un método de evangelización, de misión común; es una cosa extraordinaria, es un logro muy bello el hecho que ocho diócesis que cubren la mayor parte del Estado de México, con más de 10 millones de habitantes, trabajen todas en conjunto con un mismo método, para no perder tiempo en utilizar métodos diferentes y tener un rumbo único, de modo que las personas puedan recibir el mensaje y caminar como la Iglesia debe caminar.
Al cierre de la entrevista al nuncio Christophe Pierre, al pedirle unas palabras para la Diócesis de Ecatepec y dijo: “Antes Ecatepec era todo gris, ahora hay colores”.
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